Extremadura es una tierra que hay que recorrer con calma, la calma que provocan sus paisajes en este caso del norte de Extremadura, en plena sierra donde hay mil y un rincones para perderse.

Cascadas de aguas, bosques, árboles frutales en donde se ha mimetizado el paso del tiempo y el peso de la historia.

Os muestro Yuste, un lugar elegido para sus últimos días por un emperador, Carlos I, Cáceres, ciudad que te transporta al medievo y en cuyas calles puedes perder la noción del tiempo y Hervás, villa a la que le tengo un cariño infinito y es remanso de paz.

Mi pequeña muestra no hace justicia a esta tierra, no dejéis de visitarla.