Portugal es ese vecino al que en ocasiones no damos mucha importancia o no le hacemos mucho caso pero que, si sabes mirar, escuchar, oler y saborear tiene mucho que ofrecer.

Portugal es esa puerta inmensa al mar, a ese mar infinito donde antiguamente se pensaba que terminaba el mundo, ese mar que llevó a descubrir otros mundos. Es ese mar que nos ofrece tanto que hasta creamos escaleras de sal para poder contemplarlo en toda su magnitud.

Portugal es una que es capaz de construir una ermita a las puertas del agua, desafiando la fuerza del mar en plena arena para mostrar su grandeza en medio de su insignificancia en comparación al océano.

Portugal es tierra de pescadores y marineros que con sus barcos bien pertrechados una vez se atrevieron a cruzar el mundo y es una tierra que aún hoy día cuida de sus náufragos para que se sientan protegidos.

Portugal es luz, que se filtra por ventanas y huecos imposibles para dar un color y una vida diferente a cualquier espacio para hacerlo mágico y místico.

Portugal es tradición, esa que se mezcla con la modernidad para dar un aire de eterna esencia a lo auténtico y a lo de siempre.

Portugal es atardecer mágico, mirando a poniente donde el sol nos deja día tras día con su rojo fuego para que no olvidemos nunca que es el rey, el que nos da vida y nos lo muestra con todo su poder.

Portugal es compartir con quién más quieres esas vivencias.

Gracias por tanto en tan poco.